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Tuesday, May 5, 2020

Apuntes del curso Introducción a la economía XE-0156 UCR (Tema 3)

Apuntes del curso Introducción a la economía XE-0156 UCR, a como fue impartido por José Cascante en el primer semestre del año 2020. Tema 3.

Los fallos del mercado: externalidades y bienes públicos
Externalidades: lo que no se ve en los precios

Los precios indican voluntad de pago y costos de oportunidad.

Cuando los precios no reflejen correctamente toda la información de los costos fijos y beneficios que resultan de producir y consumir un bien, entonces los precios resultan engañosos. Por ende nos hacen creer que tienen un costo social o beneficio social menor que el que realmente tienen. A estos precios, que acompañen la producción o el consumo de ciertos bienes, se les llama externalidades. 

Una externalidad negativa es un daño o costo que se genera a un tercero y por el cual no es compensado. (Fumado, automóviles).

Una externalidad positiva es un beneficio que percibe un tercer agente que no participa directamente en el mercado y por el cual no está pagando. (Vacunas, educación).

Las externalidades pueden producirse en la producción de un determinado bien, o también pueden ser externalidades de consumo.

Cuando el precio de un bien refleja los costos privados de quien consume o produce ese bien, pero no refleja los costos externos que vayan a recibir terceros que no pagan por el bien, el precio va a ser incorrecto.

En dado caso, el mercado fallaría porque esa señal (precio), haría que se produzca más de lo que se debería.

Si el precio de un bien reflejase todos los beneficios privados, pero no los externos que recibirían los externos, el precio también sería incorrecto porque va a mostrar una valoración menor que la que debería tener la sociedad en su totalidad por ese bien. El mercado fallaría porque se produce menos de lo que se quisiera.

Costo social: costo privado (oferta) más costo de la externalidad.
Valor social: valor privado (demanda) más beneficio externo.

De acuerdo con Ronald Coase, si los derechos de propiedad están claros y los costos de transacción o de negociación son suficientemente bajos, los agentes privados pueden negociar por las externalidades.

Si quien es perjudicado por la externalidad puede “cobrar” al que la provoca, el último puede o seguir produciendo la externalidad, pero le paga al afectado por el daño causado; o corrige la externlidad y asume el costo de evitarla.

Si quien tiene derecho no es el perjudicado, sino el que produce la externalidad, entonces el primero puede o pagarle al que causa la externalidad para que deje de hacerlo, o hace inversiones para minimizar el daño (siempre y cuando estas inversiones no cuesten más que evitar el daño).

Para resolver los problemas de las externalidades, es necesario internalizarlas; hacerlas evidentes y trasladar su costo o beneficio de una manera en la que se pueda poner un precio a dicha externalidad. Entonces, se crearía un mercado en el que la externalidad esté incluida y los precios dejen de ser engañosos. La negociación podría verse obstaculizada si hay muchos agentes involucrados o son difusos.

Las soluciones privadas no siempre son posibles porque los derechos de propiedad no son claros o no pueden establecerse, o los costos de transacción son muy altos.

La solución pública más directa, podría ser la regulación. Estableciendo cantidades mínimas en el caso de externalidades positivas o cantidades máximas en el caso de externalidades negativas. Ambas cotas deberían propiciar un equilibrio social en el que los beneficios sociales se igualen a los costos sociales. Para la regulación puede haber una prohibición de conductas asociadas con externalidades negativas. Por otro lado, las regulaciones buscarán hacer obligatoria la producción de externalidades positivas.

Las regulaciones pueden resultar muy complejas, entonces una alternativa es corregir los precios mediante impuestos y subsidios.

Ante externalidades negativas, se van a utilizar impuestos correctivos o pigouvianos de tal manera que el impuesto sea de igual magnitud que el costo que hay sobre terceros, y la curva de oferta resultante representaría un costo marginal más alto. Se desestimula la cantidad demandada.

Nota: los impuestos pigouvianos no distorsionan el mercado, sino que solucionan una falla de mercado para aumentar el bienestar social.

En el caso de externalidades positivas, se utilizan subsidios pigouvianos, de magnitud igual al beneficio sobre terceros, que harían que los bienes o servicios sean más baratos y se estimule su compra (estimulando la demanda).

Nota: los subsidios pigouvianos no distorsionan el mercado.

Los bienes públicos: no rivalidad y no exclusividad

Un bien tiene consumo rival si es escaso en el sentido económico.
Hay dos tipos de consumo rival.
  • Rivalidad en el tiempo: si el bien se consume, no se puede volver a utilizar; o no pueden dos personas o una persona utilizarlo para dos funciones al mismo tiempo.
  • Consumo excluible: si es posible fácilmente para el productor excluir de la propiedad de consumo al que no pague por ese bien o servicio.

Hay bienes con consumo no excluible, ejemplo: el alcantarillado.
\rightarrow Cuando el oferente no puede excluir del consumo a quienes no pagaron por él.

Hay bienes con consumo no rival, es decir, que el bien no se agota o se puede consumir por dos personas al mismo tiempo o puede ser consumido por una persona y luego por otra sin un costo adicional. Ejemplo: el conocimiento.

El consumo de un bien es rival si existe un costo de oportunidad de ese consumo, entonces habría un costo adicional de que otra persona consuma ese bien.

El consumo de un bien es no rival si a la sociedad no le cuesta nada permitir que una persona adicional consuma ese bien o servicio.

Usando las características anteriores, los bienes se pueden clasificar de la siguiente manera.

Rival en consumo
No rival en consumo
Excluible
Bienes privados.
(Comida, ropa…)
Bienes reservados, artificialmente escasos o tipo “club”. (Películas ‘pay per view’, software…)
No excluible
Bienes comunes.
(Agua limpia, aire puro, biodiversidad…)
Bienes públicos. (Fuegos artificiales, seguridad pública…)

Los bienes privados pueden ser asignados eficientemente (ser eficientemente producidos y consumidos) mediante el mecanismo del libre mercado.
  • Solo pueden ser consumidos por aquellos que lo pagan.
  • Se agotan en su consumo.

Los bienes públicos son el opuesto de los bienes privados. Al ser no excluibles y no rivales, hacen que la asignación de recursos no sea eficiente en el mercado, y por ende, los presta el gobierno.
Algunos ejemplos son la prevención de enfermedades, la seguridad nacional y la investigación científica.

El libre mercado no distribuye eficientemente bienes públicos, porque puede que hayan agentes sin incentivo para producir o comprar, haciendo de polizones (o “free riders”), mientras otros pagan por el bien o servicio.

Como el costo marginal es cero para los bienes no rivales, por ende el precio de equilibrio sería cero, entonces no habría quien querría producirlo (como agente privado).

El gobierno es más eficiente para la distribución de bienes públicos porque puede hacer que los pagos sean obligatorios, y no voluntarios, mediante los impuestos.

Los gobiernos tienen que hacer estudios costo-beneficio para saber cuánto producir.


Los bienes artificialmente escasos tienen una producción artificialmente baja porque el costo marginal es cero pero su acceso es limitado a las personas que paguen por el precio solicitado, dejando afuera a aquellos que podrían verse beneficiados, pero no están dispuestos a pagar lo suficiente.

Los bienes o recursos comunes son agotables, y se pueden usar sin restricciones. Adicionalmente, sobre ellos no hay derecho de propiedad. Por ende, por incentivos individuales que no se asocien con los sociales, hay una sobreexplotación.

Una forma de corregir el problema, son regulaciones explícitas (veda temporal o total), pero pueden llevar a ineficiencias o pueden ser difíciles de implementar. Por ejemplo, en el caso de pesca, hay aguas internacionales y el espacio es muy amplio, dificultando la regulación.

Otra manera de combatir el problema es otorgar derechos de propiedad para que los agentes económicos se hagan responsables de la sostenibilidad del recurso. Cada uno velaría por la protección presente y futura de su patrimonio para poder seguir produciendo.
Si no hay derechos de propiedad, los agentes no tienen incentivos para protegerlos.

Los mercados son lo más adecuado para producir y distribuir eficientemente los bienes económicos excepto cuando existe poder de mercado (monopolio, oligopolio, competencia monopolística), existen externalidades, información asimétrica o sean bienes que califiquen como bienes públicos o que sean recursos comunes.

Ante las fallas del mercado, el Estado tiene que tomar acciones para corregirlas.

Nota: los agentes económicos se adaptan a las regulaciones que se les impone.

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